
Pero también hay ya experiencias a considerar tanto en el sector privado como en el público. En el hospital Virgen de las Nieves de Granada, los pacientes desayunan y meriendan productos del comercio justo. En Toledo, el mobiliario urbano que financia la Diputación viene de bosques sostenibles. Los jardineros del Ayuntamiento de Barcelona llevan un uniforme que garantiza que los que lo confeccionaron lo hicieron bajo condiciones laborales éticas y, además, buena parte del algodón con que se hicieron procedía de agricultura ecológica.
Son solo algunos ejemplos que proporciona David Comet, de la organización de comercio justo Ideas (Iniciativa de Economía Alternativa y Solidaria). "Las compras y contratos de la Administración pública suponen el 16% del PIB europeo. Si todo ello se regulara, la incidencia en el equilibrio económico y social sería brutal. Las compras responsables deben ser una estrategia política, la Administración podría conseguir que muchas empresas suministradoras cambiaran si así se lo pidieran como condición para trabajar con ellas", explica Comet.
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