
Gracias a un acuerdo alcanzado entre el convento franciscano y Amipa, las personas con discapacidad disponen de un terreno de 2.000 metros cuadrados al aire libre, además de un invernadero de 400 metros, aproximadamente, en el que cultivan hortalizas sin ningún tipo de apoyo químico. A día de hoy, lo que más abunda en esa huerta son pimientos de Herbón, tomates, berenjenas, brécol y cebollas.
Cada dos semanas, los martes por la tarde van al mercado de Santiago a vender sus productos, que también se pueden encontrar en la tienda que la Asociación para el Comercio Justo Panxea tiene en Compostela.
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