sábado, 26 de septiembre de 2015

El té de las mil colinas.


Gisenyi (Ruanda). A unos 6.500 kilómetros de distancia de la capital inglesa, el sol todavía no se ha puesto. Casi. Se esconde entre alguna de las colinas (dicen que mil) que edulcoran el paisaje ruandés. Todo es y está verde. Todo ordenado y cultivado.

La incomodidad de Ulises se ha incrementado tras las preguntas relacionadas con el trabajo infantil. La plantación se encuentra salpicada de niños como Sthephane que, con ocho años, carga con la responsabilidad de 15 kilogramos para llevar un pequeño ingreso a su familia de cinco miembros. Situación parecida es la de Marie de 14 años que explica en francés que, cuando estaba en su primer año de la escuela de secundaria, tuvo que abandonarla para ayudar a su familia a ganar algo de dinero.

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