lunes, 9 de noviembre de 2015

El sufrimiento del mate.


A Juan Cristóbal Maidana le daba vergüenza hablar en público. “Durante tantos años me escondí…”, cuenta este tarefero, trabajador temporario de la cosecha de la yerba mate, la segunda bebida más consumida por los argentinos después del agua. “Nosotros nos considerábamos menos que todos”, continúa Maidana, uno de los 17.000 tareferos de Misiones, provincia del noreste de Argentina que produce el 60% de la yerba mate de este país y que la exporta también a otros países vecinos y de Oriente Medio. “Íbamos a hacer la compra y nos trataban de menos”, prosigue este hombre de baja estatura que a sus 44 años sufre intensos dolores en las rodillas y la espalda. No es fácil recorrer aquellas tierras onduladas cortando las hojas verdes de los árboles de tres a seis metros de altura.

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